lunes, 16 de julio de 2018

GUATEMALA

Radio Ixchel, la radio de las mujeres indígenas de Guatemala


 
 
Por: Nataly Ramírez
Elsa Amanda Chiquito de Guatemala será una de las invitadas especiales de la 12 versión de la Bienal Internacional de Radio entre el 24 y el 28 de julio. Esta mujer indígena nacida en Sumpango, municipio del departamento de Sacatepéquez, representa el idioma Kaqchikel y lleva gran parte de su vida dedicada al fortalecimiento de la emisora comunitaria Radio Ixchel.
 
 
En este país ubicado en América Central, más de la mitad de los 18 millones de habitantes son comunidades indígenas, en total son 34, cada una de ellas con lenguas, culturas y características diferentes. Sin embargo, uno de los elementos en común es que desde las radios comunitarias se quiere fortalecer su arraigo cultural e idioma. Radio Ixchel, la emisora comunitaria que nació en el año 2003 solo está dirigida a los 55 mil habitantes que hablan el idioma Kaqchikel.
 
 
 
“Nosotros solo nos enfocamos en las comunidades Kaqchikel, pues buscamos fortalecer nuestra lengua materna, lengua que no es entendida por los demás pueblos indígenas por eso cada pueblo indígena tiene su emisora comunitaria. En todo el país son más de 40 radios comunitarias” aseguró la directora de Radio Ixchel.
Foto cortesía: Elsa Amanda ChiquitoFoto cortesía: Elsa Amanda Chiquito

 
 
Radio Ixchel, una radio de igualdad
Los pueblos indígenas guatemaltecos en especial el pueblo Kaqchikel ha sufrido una fuerte discriminación hacia la mujer, por ello uno de los propósitos fundamentales de Radio Ixchel, es lograr una transformación en ese sentido, mostrándole a la mujer que su papel y rol en la sociedad va mucho más allá de los quehaceres en el hogar.
“No hay una participación de la mujer en los medios de comunicación, y lo que se encuentra es que hay mucho de qué hablar. Las mujeres en los territorios pueden hablar de medicina tradicional, cómo trabajar la tierra” aseguró Chiquito.
Radio Ixchel, a partir del ejemplo, está aportando en esa transformación, de los 36 colaboradores que hacen realidad esta radio comunitaria, un número significativo son mujeres “no en vano una mujer (Elsa Amanda Chiquito) es hoy en día la directora y lo que queremos es que cada vez la mujer pueda aportar más en sus comunidades”.
Gran parte de la programación de Radio Ixchel que todos los días empieza a las 5:30 de la mañana está dedicada a las mujeres, se les quiere capacitar y empoderar para lograr tener un espacio importante en sus comunidades.
En los 15 años que lleva Radio Kaqchikel se ha logrado que las mujeres tengan espacios en este medio de comunicación, que se capaciten en producción, conducción y propuesta de diferentes contenidos, “además que los espacios se den más allá de la radio comunitaria, sino que llegue a la radio nacional y se pueda traspasar fronteras”, asegura.
Otra de las características esenciales que tiene Radio Ixchel es que busca que la lengua nativa no se pierda. Lamentablemente la discriminación ha llevado que la gente de Sumpango prefiera hablarles a sus hijos en español y no en idioma Kaqchikel, la lengua es conservada principalmente entre habitantes mayores de 50 años.
“Desde Radio Ixchel damos diferentes programas solo en lengua Kaqchikel, con nuestro contenido estamos logrando que los jóvenes principalmente no olviden sus orígenes y traten siempre de conservar su esencia indígena”.
El control político que se fortaleció con la radio comunitaria
En los 15 años de creación de este medio de comunicación sus habitantes han transformado la forma de ver el poder, según la directora de Radio Ixchel, ya no se ve como algo lejano, sino que cada vez más las comunidades se interesan por saber qué hacen los gobernantes y cómo están siendo invertidos los recursos.
“El periodismo investigativo ha sido muy fuerte, las gentes se están empoderando, hacen diferentes debates. Por ejemplo, ahora se cuestionan dónde se han invertido tales fondos o cómo se está utilizando el dinero, ese sentido de pertenencia se ha logrado a través de la radio comunitaria”, señala.
A parte de supervisar qué pasa con los gobernantes, en Radio Ixchel que se escucha en el dial 102.3 FM, también se ha logrado que la comunidad se interese por el otro y se puedan ayudar como familia.
“Esta radio comunitaria se ha convertido en una red, se prestan diferentes servicios sociales, por ejemplo, si se pierden unos documentos, los llevan a la emisora y nosotros pasamos el mensaje hasta que aparece el dueño, lo mismo pasa con las mascotas. En capacitaciones también nos hemos convertido en una red de transformación”, afirma.
 
 
Radio Ixchel, un medio de comunicación que surgió en tiempos de paz
Guatemala firmó un proceso de paz con la guerrilla que en este país, llamada Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) El acuerdo de paz con el Gobierno se firmó en 1996, precisamente dentro de las prioridades quedó establecido garantizar medios de comunicación para las comunidades indígenas.
Radio Ixchel nació luego de la idea de tres hombres que trabajaban con las comunidades, pero que encontraban limitaciones en los canales de comunicación y sintieron la necesidad de crear  este espacio, 15 días después Elsa Amanda Chiquito empezó a trabajar con ellos.
Aunque las emisoras comunitarias, quedaron consignadas en los acuerdos “lo que uno encuentra es que esto no se ha cumplido, hoy hay medios comunitarios, pero es porque las comunidades los crean, cuando estaba la guerrilla era difícil organizarnos por la violencia, pero ese punto del acuerdo no se ha abordado ampliamente con las comunidades”.
 
 
Estos pueblos indígenas también han sido fuertemente golpeados por la violencia, por ello la directora de Radio Ixchel aseguró que hacen un aporte fundamental en ese sentido
“Las cosas que no han avanzado porque no hay divulgación, el trabajo de nosotros es contar qué son los acuerdos para que la gente sepa y exija el cumplimiento de sus derechos, quiénes deben responder, tantos años después el Estado no ha podido responderle a un pueblo indígena que sigue siendo violentado”
 
Ixchel en idioma Kaqchikel es la representación del tejido y de la fertilidad, y su nombre significa que cada integrante de este medio de comunicación va tejiendo la comunicación en la comunidad.
La participación de Elsa Amanda Chiquito para hablar de Radio Ixchel y su importancia para las comunidades Kaqchikel se dará en el conversatorio ‘Narrar la paz en plataformas mediáticas’, que se desarrollará en el marco de la 12a. Bienal Internacional de Radio, que se realizará por primera vez entre Colombia y México del 24 al 28 de julio de 2018.

Taller en Bajo Hondo. Grabando !!!

Fomentando la formación cinematográfica de la juventud venezolana



Caracas, enero 2016 (AVANT GARDE-RP). Dar los primeros pasos pa...ra el establecimiento de un sistema permanente de formación en producción de cine para jóvenes es el objetivo inicial que se plantea el British Council con el lanzamiento en Venezuela de Cámara Chica, un programa que recorre cuatro comunidades del país para involucrar a nobeles creadores en la realización de sus propios proyectos audiovisuales.
Como una iniciativa del British Council y la fundación inglesa Into Film, el proyecto cuenta con el respaldo de la UNEARTE a través de su Proyecto Artístico Comunitario, de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de Los Andes, de la Fundación de Comunicadoras y Realizadoras Indígenas (FUNCOREI) para desarrollar destrezas en tecnología digital para la producción de piezas de cine/audiovisuales por parte de jóvenes de entre 14 y 20 años, quienes están aprendiendo a realizar cortos utilizando tecnologías de fácil acceso, como un iPad.
 
 

 Basado en una experiencia previa llevada adelante en Cuba, durante la etapa de lanzamiento Cámara Chica tendrá como centros pilotos la comunidad kariña de Bajo Hondo, en el estado Anzoátegui, a través de la Fundación Voz Kariña; la población de El Molino, en el estado Mérida; y las comunidades de San Agustín y La Pastora, en Caracas, a través del Teatro Alameda en San Agustín y la Casa Minka en La Pastora. En cada espacio se cuenta con la participación de los miembros de los centros comunitarios y educativos.
Cámara Chica se divide en dos etapas: la primera estuvo dirigida a la formación de instructores multiplicadores (coordinadores de los espacios culturales de las comunidades, educadores y estudiantes universitarios) quienes, junto a los tutores de Into Film y el equipo del British Council, están trabajando directamente en cada una de las comunidades.
La segunda etapa contempla el trabajo de campo propiamente dicho, donde los multiplicadores enseñan a los participantes cómo utilizar los equipos, así como las nociones necesarias para realización de una película en formato digital, el proceso de producción, filmación y edición, el trabajo en equipo, y todos los elementos esenciales para llevar adelante un proyecto audiovisual.
Cumplida esta fase, los jóvenes utilizan los equipos proporcionados por el British Council para realizar sus propios audiovisuales, bien sea cortos documentales o de ficción, tomando como base sus propias experiencias y las de su entorno, para luego aprender a editar el material y presentar las obras finales a su comunidad y a las otras comunidades.
 

 Como instructores principales del proyecto se encuentran en el país Christopher Kemp y Barry Hale, audiovisualistas británicos con 20 años de experiencia llevando formación de cine a jóvenes en diferentes comunidades, e invitados por el British Council para dictar los talleres a los facilitadores comunitarios y a los jóvenes. Ellos trabajan de forma conjunta con Gabriela Aguilar y Will Massa (British Council), Gloria Jusayu (FUNCOREI), Belimar Román (Escuela de Medios Audiovisuales ULA), Edwin Chacón y Jhonny de Vasconcelos (Unearte), y con los representantes de las comunidades de Bajo Hondo y El Molino, así como del Teatro Alameda de San Agustín y la Casa Minka de La Pastora.
Los objetivos del proyecto van mucho más allá. Cámara Chica busca ser la plataforma de impulso de un proceso formativo a mediano y largo plazo, a través del cual se pueda promover la formación en cine en diferentes comunidades del país, y que cada vez más jóvenes puedan contar sus historias y formar parte de experiencias similares.



martes, 20 de junio de 2017

CHILE


 Abre convocatoria FICWALLMAPU 2017




 
Hasta el 30 de junio se recibirán las películas que aborden temáticas indígenas de Abya Yala y el mundo, para confluir en el evento de cine y comunicación más relevante del territorio mapuche. Este año se llevará a cabo entre el 17 y 21 de octubre, en la ciudad de Temuco-Ngulumapu.
La ciudad de Rosario, en Puelmapu (Argentina) fue el lugar escogido para dar a conocer las bases, premios, criterios de selección y categorías establecidas para la recepción de películas de uno de los eventos culturales más relevantes de la región, que desde hace tres años se realiza en Argentina y Chile.
La convocatoria, abierta y gratuita, se dirige a realizadores/as que trabajen en torno  temáticas indígenas. Cuyos contenidos reflejen y potencien los derechos, expresiones culturales, procesos organizativos, preservación de costumbres y el ejercicio del libre derecho a la comunicación de los Pueblos Indígenas.


Jeannette Paillan, Directora del Festival
Sobre los criterios de selección Jeannette Paillan, directora del Festival, señala la importancia de incluir “materiales que contribuyan a sacar a los pueblos indígenas de esa coyuntura tan roja y televisiva, y poder dar cuenta de lo que están haciendo desde distintos ámbitos para revitalizar la cultura”. De este modo, la invitación a postular es también un desafío a innovar las propuestas. Por lo que garantiza que los asistentes “verán expresiones artísticas asociadas a otros formatos, como la animación o lo experimental”, señaló la también documentalista mapuche.

 

Las obras elegidas serán parte de la Muestra Oficial del Festival y -en caso de ser reconocidas por el Jurado Internacional­- se incluirán en un DVD recopilatorio que circulará y se difundirá de forma gratuita en visionados itinerantes por diferentes territorios, Lof, comunidades y establecimientos educacionales, vecinales y comunitarios con el fin de darle movilidad al cine con pertinencia originaria.

 

En coherencia con la oralidad de la cultura mapuche, el FICWALLMAPU es un espacio que trasciende al acto de ver películas. Por esto, durante la semana del 17 al 21 de octubre se realizarán talleres (Mapulab) y un Foro de Comunicación Indígena, además de los característicos conversatorios al término de cada muestra. Esto bajo el entendido de que “el cine, y el arte en general, dan la oportunidad de desarrollar otras perspectivas de diálogos sobre temas que a veces son incómodos para algunas personas”, señala Loreto Bustos, productora del evento.

 

Pese a las dificultades para costear el evento, Loreto destaca que hasta ahora la  apuesta ha sido “democratizar el acceso a la cultura y llevarla a otros lugares, con postulaciones y acceso liberado”. Por lo tanto, “es un trabajo que se hace a mucho ñeque, con la energía de la gente que está interesada en el tema y que siente que este es un aporte a la región”, haciendo referencia al trabajo voluntario de personas de la Araucanía, del norte de Chile y de otros países, muchos de ellos de la red de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI) con la cual tienen mutua colaboración.

 

Aunque el Festival no se define competitivo, aprecia el compromiso que las películas seleccionadas tienen con los pueblos representados. Razón por la cual el Jurado destacará las propuestas audiovisuales que potencien las siguientes áreas: Derechos de las mujeres indígenas; Defensa del Territorio; Defensa de los Derechos de los Pueblos Indígenas; Aporte a la identidad indígena; Mejor Ficción; Mejor Documental; Mejor Cortometraje (hasta 15 minutos); Mejor serie televisiva; Aportes a los nuevos lenguajes audiovisuales indígenas; Cine y video indígena pichikeche (infantil).

 

Gracias a alianzas nacionales e internacionales se garantizan dos premios, pudiendo sumarse más. El primero es de la Dirección de Asuntos Culturales (Dirac) al mejor realizador indígena, quien podrá viajar a Guatemala al XIII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas Ficmayab 2018; el segundo, premiará por segundo año a la mejor obra de Wallmapu con una beca de especialización en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba.

 Para inscribir sus trabajos, las y los realizadores sólo deben llenar la ficha disponible en la página web www.ficwallmapu.cl o por la plataforma internacional www.festhome.com.

 

Morin Ortiz

morin.ortiz@gmail.com

 

ARGENTINA


Mujeres salteñas y jujeñas conmemoraron 70 años de la UMA

70 años de lucha conmemoró la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA) y las mujeres salteñas y jujeñas le rindieron homenaje con foros y conversatorios en ambas provincias el 1 y 2 de junio, por ser una organización social-política pluralista que defiende los derechos desde una perspectiva y concepción de género. “Nos consideramos parte del movimiento popular que existe en Argentina, luchamos por una vida mejor, una nación con democracia participativa, justicia social, sin discriminación, en el cual mujeres y varones en paridad construyamos la nueva sociedad con democracia genérica”.


María Inés Brassesco, presidenta de la UMA, comunicadora social, periodista y educadora popular compartió con los presentes el tema de "Ciudadanía y mujeres de los sectores populares” así como su experiencia en la lucha. Bajo el lema #NiUnaMenos, el Foro de Mujeres por la igualdad de oportunidades de Salta organizó este evento.

Tuve la oportunidad de disertar con los presentes la experiencia de la Fundación de Comunicadoras y Realizadoras Indígenas (FUNCOREI) así como el trabajo que realizó desde JALALLA como revista binacional, así  estuvimos presente en estos encuentros en la provincia de Jujuy y Salta compartiendo la experiencia de comunicación desde la frontera y la vida de migrantes que forman parte de este medio y cómo desde nuestras páginas contamos historias de hombres y mujeres que hacen vida en territorio fronterizo, bolivianos y argentinos.


“Si tomamos nada mas el femicidio y ni vemos las causas profundas del por qué son los femicidio creó que nos vamos a equivocar, pero si eso no lo unes a toda la transformación  estamos errando, hay que luchar con eso, no dejarlo hasta que transformemos la sociedad, pero hay que hablar de un sistema económico social justo, el femicidio existe tanto en las altas clases como en las populares, obreras y en los que no tienen trabajo” expresó Brassesco.

La organización “Juanita Moros” de Jujuy homenajeó a la UMA con un conversatorio en la capital jujeña, una dramatización de una pequeña obra de lo que vive la mujer que es victima de violencia, así como la entrega de un reconocimiento a María Inés Brassesco por su lucha al frente de la Unión.
A todas estas actividades se sumaron las marchas en distintas provincias de Argentina con la consigna “Ni Una Menos”, desde la ciudad de la Quiaca, frontera con Bolivia, así como en Salta y San Salvador de Jujuy salieron las mujeres a caminar.

viernes, 3 de febrero de 2017

COLOMBIA “La cámara es nuestro fusil”: primera indígena cineasta del país


 
Foto: Miguel Iván Ramírez

“La cámara es un fusil para nosotros, es una herramienta de lucha”, afirma Leiqui Uriana desde Maicao, La Guajira. Ella, una wayuu de 33 años, que hasta sus 23 no había conocido una sala de cine, es considerada la primera indígena cineasta del país.

 

La historia que unió a Leiqui con el séptimo arte comienza con una visita inesperada. “Un día llegaron a mi comunidad wayuu, en los suburbios de Maracaibo, un francés y otros muchachos que querían hacer un trabajo audiovisual”, cuenta.

 

Como hablaba español, tradujo cada palabra de los extranjeros ante sus coterráneos. El francés era Xavier Larroque, un cineasta y antropólogo que dirigía el programa ‘Venezuela adentro’. Él y los otros realizadores trabajaban para el canal venezolano ‘ViveTV’.

 

Leiqui, nacida en la capital del estado Zulia y con doble nacionalidad (venezolana y colombiana), estudiaba Enfermería. “Mi vida no podía ser simplemente graduarme, tener novios, hijos, casa, esposo y ya. Tenía que trascender y hacer algo por la humanidad. Estudiaba Enfermería porque en los hospitales se pasan muchas necesidades, muchos wayuu no hablan español”.

 

Pero ser enfermera pasó a un segundo lugar tras la visita de los extranjeros, cuando Leiqui comenzó a interesarse por la realización audiovisual. “Tenía muchas inquietudes y me invitaron al canal de televisión; me mostraron cómo se editaba y cómo era el proceso de hacer un programa”.

 

La wayuu les compartió la cinta sobre un velorio en La Guajira, dicha ceremonia la había grabado junto a un primo. “Me dijeron que el material estaba buenísimo y ahí nació un programa que se llamó ‘Noticiero indígena’ –se emitía dos veces al mes –”.


‘ViveTV’ contrató a Leiqui y ella se propuso dar a conocer, a través de docurreportajes, el wayuu que vivía en la ciudad. Decidió entonces dejar sexto semestre de Enfermería y comenzar sus estudios en Comunicación Social. En el canal laboró durante dos años; luego participó, como asistente de dirección, en dos largometrajes documentales sobre su etnia.

 
La oportunidad

El destino le guardaba un puesto en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba, donde estudiaría Dirección Documental durante tres años. David Hernández, un amigo, la postuló y de 18 concursantes de Venezuela, ella y otra persona ganaron la beca otorgada por el gobierno de ese país, a través del Centro Nacional de Cinematografía de Venezuela.

 Leiqui quería hacer documentales que representaran a su pueblo y comenzó a ver películas sobre los wayuu. Recuerda que una de las cintas denigraba la figura de la mujer. “Veía esa película y lloraba. Ese es el imaginario del director... En ese momento, entendí que una película es una flecha directa al corazón. Necesitaba hacer películas porque mi pueblo no podía seguir representado de esa manera”.

 

En un principio, su mamá se opuso al viaje. “Mi mamá se alarmó, que cómo me iba a ir tres años adonde no conocía a nadie, que no sabía nada de la gente de allá, que no tenía ni un familiar, que qué es eso que una mujer wayuu estuviera viajando sola y sin marido. Pero mi papá me agarró: ‘Mija, ya usted está grande, si se quiere ir, la apoyo’”.

 

Con el respaldo de su familia, llegó a Cuba en una madrugada. “He agarrado un taxi para irme a la escuela. Monte monte monte y nada nada, todo oscuro y el señor hablándome… El cubano taxista: ‘¿Y usted es primera vez que viene a Cuba?’”.

La imaginación se apoderó de ella, pensaba: “Me mataron, me violaron, me descuartizaron. Si me matan por acá, cómo me devuelven, cómo reconocen mi cuerpo”. El trayecto le valió una hora y 15 minutos de angustia, y también 30 dólares, más de la mitad del dinero que llevaba para tres meses. 

“Los primeros días tuve contacto con un chico francés, Pablo, que estudió Cine en Francia, y con una polaca que estudió Antropología. Todos eran muchachos de mi edad, jóvenes, inquietos. El primer intento de conversación fue como: ‘Hola, ¿cómo te llamas?, ¿de dónde vienes?, ¿de qué escuela de cine vienes?, ¿en qué festivales has participado?, ¿viste tal película?, ¿‘El Espejo’ de Tarkovski’?, la estructura narrativa, el discurso audiovisual…’. Pensé: ‘Dios mío, de qué me están hablando’. No conocía nada, estaba en blanco. Las primeras dos semanas me quería venir. ‘Esto no es para mí, no tengo este nivel. Yo no estoy para ser un artista con un superego, solo quiero poder contar nuestras historias como pueblo”.
 

Una imagen que le recuerda su paso por la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba.


Un indígena panameño y otros amigos centroamericanos fueron sus aliados. “Él me orientó muchísimo. Entendía mi incertidumbre como indígena en ese nuevo mundo. Fue una gran fortaleza”. También entabló una amistad con la entonces directora de la escuela y conoció a quien sería su inspiración: el cineasta italiano Erick Gandini.

Poco a poco se adaptó al que era su nuevo hogar, donde dormía, comía y veía tantas películas como lo permite una mediateca (el archivo que reúne los contenidos audiovisuales en las bibliotecas). Recuerda que cuando no destinaba un fin de semana a rodajes, viajaba a La Habana.


“No es Cuba lo que uno vive allí (en la escuela), había gente de todo el mundo. Tuve amigos de El Salvador, Colombia, Francia, África, Polonia, Brasil, Puerto Rico, Honduras, Guatemala, Haití; uno de cada país. Allí mi mundo había cambiado, no era mi comunidad, no eran solo Venezuela y Colombia. El mundo no me parecía tan grande como antes, me parecía más accesible”.


El regreso

Tras obtener su título como cineasta en el 2012, Leiqui ha dirigido varios cortometrajes y ahora trabaja en el proyecto de su primer largometraje documental, dedicado a la mujer wayuu.

Es una de las líderes de la Escuela de Comunicaciones del pueblo wayuu, un proyecto dirigido a jóvenes. “No hay comunicadores wayuu que puedan hablar sobre la situación de los pueblos. Siempre pensé que era importante que jóvenes wayuu pudieran aprender lo que aprendí. No todos tendrán la posibilidad de ir a la escuela de cine”.

 También creó la Fundación Audiovisual Wayaakua en Maracaibo y dirigió la Muestra Internacional de Cine Indígena de Venezuela, país que decidió dejar ante la crisis económica; ahora vive en La Guajira. “El cambio de bolívar a peso es muy alto. Trabajar acá me permite ayudar a mi familia, que vive en Venezuela (...) Estar en zona fronteriza me permite moverme entre los dos países”.


Dirigir una película en la que todos los realizadores y el equipo técnico sean wayuu, y ser referencia del cine indígena en Latinoamérica son sus sueños profesionales. También desea ser madre: “Mi otro gran sueño es poder tener un hijo pronto para poder continuar con mi linaje, trascender y enseñarles a mis hijos todo lo que sé”.

MARÍA DEL PILAR CAMARGO CRUZ

Periodista de Especiales Multimedia de EL TIEMPO

pilcam@eltiempo.com

En Twitter: @PilarCCruz

jueves, 8 de diciembre de 2016

El Periodismo Digital un desafío en la “nueva y vieja escuela”

Neida Luzardo Fernández
La Quiaca-Provincia de Jujuy

El periodismo digital es considerado según Ramón Salaverria un desafío de la profesión periodística, y es que estoy muy de acuerdo con este profesor e investigador en medios digitales, porque es un gran reto para los que hacemos comunicación digerir tanta información que se genera actualmente en los medios digitales, sobre todo el desafío está para los estudiantes de comunicación de la “nueva escuela” que además de producir contenidos para los medios tradicionales también deben saber hacerlo para el mundo virtual, en el que parece que todos estamos sumergidos.
Desde las aulas del Instituto de Educación Superior Nº 1 de La Quiaca en la provincia de Jujuy Argentina, el desafío es doble para los estudiantes de la tecnicatura de comunicación, ya que, además de hacer frente al periodismo digital como parte de su formación, deben lidiar con el hecho de no contar con una buena conexión a Internet, limitante que han sabido sobrepasar y generar sus propios contenidos en línea.
Como profesora de la cátedra de Periodismo Digital, también fue un desafió mostrar que tan necesario es para los futuros comunicadores saber de medios digitales, tener una marca digital o cómo convertirse en un Comunnity Manager (gestor de comunidades virtuales) y que ellos mismo descubrieran de que les serviría saber todo esto para enfrentarse al campo laboral al salir del aula de clases.
 
Los profesionales de comunicación tienen que saber dar respuesta a los desafíos que su profesión les plantea hoy en los nuevos medios, estamos en una carrera de relevos, se podrá estar en una redacción periodística o haciendo radio, televisión pero en estos tiempos también se puede generar contenido e informar desde un dispositivo móvil e allí otro desafío.
 
 Convencer a los periodistas sobre la importancia de tener una marca digital es un ejercicio que algunos colegas han dejado de hacer ante la indiferencia de periodistas de la “vieja escuela” que no quieren cambiar. Pero lo que sí es necesario es la importancia de distribuir adecuadamente los contenidos en las redes sociales, ya que, son las puertas de entrada a los sitios web.
 De eso también se trata la comunicación de aprendizaje, de hablar pero sobre todo de escuchar y en cada una de las clases de Periodismo Digital hacia allá apuntaba a motivar a los estudiantes de la “nueva escuela” para generar, producir y editar contenido digital y a pesar de la limitada conectividad pienso que se logro en su mayoría.
 
Las ganas de aprender y conocer algo nuevo, la motivación y la iniciativa de seguir adelante llevaron a los alumnos, Mariana, Adriana, Alejandro, Joel, Ariel, Gabriela, Blanca y Hugo a realizar prácticas en la plataforma web, como crear un blog, conocer más de las redes sociales, las herramientas para administrarlas y conocer más de cerca la figura del comunnity manager mediante una corta conversación vía Skype con Laura Abreu, comunnity manager, venezolana que estableció contacto desde ese país, así como un conversatorio con la comunicadora wayuu Ana Delia Fernández que trajo la palabra desde territorio wayuu.
Saber que desde La Quiaca una ciudad fronteriza de Argentina, hay comunicadores jóvenes en formación y apostando a la educación y al profesionalismo me inspira y me motiva a seguir creyendo en el gran compromiso que tenemos como comunicadores, como profesores a seguir poniendo nuestro granito de arena para que esta carrera de relevo no termine y tengamos comunicadores preparados para enfrentarse a los desafíos que el mundo actual nos ponga.
Como profesionales de la comunicación debemos estar a la vanguardia de  los cambios que surgen cada día, compartir las horas de clases con mis alumnos y poner en práctica los conocimientos en el mundo virtual, me inspiro a compartirles estos pensamientos que hoy se convierten en palabras.
¡Dedicado a mis alumnos de Periodismo Digital!

viernes, 23 de septiembre de 2016

Rolanda Garcia: "Desde niñas nos preparan para nunca revelarnos contra las injusticias"

Por Rolanda García – CMI / TELESUR  TV


Al cumplir los doce años mi abuela materna con quien  desarrollé la mayor parte de mi infancia reiteraba sobre el futuro de una mujer adulta y los retos posteriores, basada en su experiencia de más  de seis décadas como madre y esposa obediente.

Éramos cuatro niñas huérfanas de padre, mi madre quien asumió todas las responsabilidades familiares no diferenció el rol de la mujer y del hombre, como tradicionalmente conocemos en nuestras comunidades. De tal manera que durante muchos años nuestra rutina diaria iniciaba en la cocina y finalizaba en las actividades del campo. 


Todo marchaba perfecto, aprendimos a intercalar y ser disciplinadas en la distribución del tiempo, la escuela era un espacio terciario que no era obligatorio ni prioritario en la familia. Pero lo imperioso era que en nuestros espacios de convivencia familiar, acompañados de los sabios consejos de la abuela y del resto de familiares era hablar sobre el destino de las niñas, como parte del deber de los padres hacia las hijas. Nos insistían aprender a ser buenas esposas y madres, que implicaba aprender detalles de los oficios domésticos, que según la abuela así  evitaríamos a ser víctimas de golpes, maltratos y de otras actitudes del hombre con quien nos casaríamos,  principalmente de aquel que no es correspondido con la comida, con el aseo de la casa o en el cuidado de los hijos e hijas.
 

De tal manera que desde niñas  nos preparan para quedar bien y nunca para revelarnos contra las injusticias, los maltratos físicos y psicológicos .  Lo lamentable que sobre esta realidad nada a cambiado, en esta época aún existen millones de niñas que van creciendo desde las comunidades rurales que  son instruidas bajo similares preceptos, en respuesta a un patrón de conducta patriarcal.

 Nuestra eficiencia laboral como mujeres ya sea doméstica o productiva deben ser herramientas indispensables para superar nuestra dependencia en todos los niveles, pero no debe ser concebida como una respuesta a los abusos de nuestra pareja.

Las mujeres del campo rural somos testigo de vivencias desgarradoras donde jóvenes de tan corta edad son obligadas a trabajar arduamente con la idea de prepararla para el matrimonio,  muchas veces  sin darse cuenta que llegarían a enfrentarse con un abusador, agresivo, que a fuerza pretende que todo este servido en la mesa, e incapaz de reconocer lo terrible que es.


Nuestras abuelas y madres siempre cargaron el miedo de que sus descendientes mujeres siguen martirizadas, en este sentido  lo  que hacen es advertirnos y corresponder lo que ya está normado, “el hombre la cabeza del hogar, el que merece la atención adecuada”, bajo esta mirada es que las familias seguimos desarrollando nuestras vidas sumisas y muy respetuosas hacia las subordinaciones de nuestras parejas, que tampoco es motivo de culpar  a nuestras madres y abuelas que también se procrearon y sufren los impactos del mismo sistema patriarcal.

 Es tiempo de que las mujeres nos revelemos contra este sistema que se ha convertido como cultural y tan normal en nuestros hogares, donde el maltrato a la esposa convierte a muchos hombres a sentirse seguros e intocables. Lo más lamentable es que los pueblos indígenas también lo hemos asimilado, hemos perdido el equilibrio, donde la fuerza positiva de la dualidad en este caso hombre y mujer la hemos suplido por la inferioridad y la violencia hacia la mujer.

Nos hemos revelado contra los principios ancestrales de tratarnos como seres aliados y complementarios, debemos retomar este principio para vivir la armonía desde nuestra dualidad, en este caso Ixoq – Achi, (hombre y mujer) y desde este espacio valoramos el esfuerzo de muchos compañeros  imprescindibles en su actuar, que han logrado superar el machismo, adoptando cambios conductuales de igualdad en la familia, que son referentes de que la equidad de género en la familia sí es posible.